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La columna del Director

  • Javier Ormeño
  • 23 nov 2015
  • 1 Min. de lectura

La denominada ola de inseguridad ciudadana ha llevado a la gran mayoría de la población, a tomar como parte de su rutina diaria, el oir en algun medio informativo sobre la muerte de alguna persona, ya sea como consecuencia de un intento de robo o por el llamado "asesinato por encargo'

El Callao no es ajeno a esta realidad, la misma que se acentúa con el pasar de los años y no es considerada por nuestras autoridades como relevante pues, no existe plan alguno que plantee de manera progresiva el combatir la delincuencia ya enraizada en nuestra ciudad portuaria.

El último sabado, un sicario disparó sin reparo alguno a Orlando Agurto - conocido por muchos vecinos del Callao como un incansable promotor de la paz en la población, enfocando su trabajo en la juventud y los núcleos familiares, asimismo férreo manifestante en contra de la gestión del partido de turno - quien , parafraseando a reporteros sensacionalistas: "vive de milagro",

Esto se suma al ataque del que fuese víctima Fabio Espichan, excandidato a la alcaldía del Callao y conocido miembro de la Coordinadora "Recuperando el Callao", la cual busca visibilizar los casos de corrupción por el cual son investigadas nuestras autoridades.

El móvil del crímen será esclarecido imagino, por las autoridades a cargo del caso pero si me resulta personalmente preocupante, la coincidencia de estos ataques a personas que si bien tienen sus opiniones personales muy claras, manejan un mismo mensaje hacia la población en general.

 
 
 

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