Comunidades Imaginadas
Hola, ¿Cómo has estado? Me alegra ver que has regresado. La semana pasada nos sentamos a pensar sobre nuestro quehacer cotidiano, esta semana cambiaremos un poco el sentido y nos dirigiremos hacia un terreno un poco conflictivo.
Antes que nada, déjame preguntarte que es lo que observas en la foto mostrada. ¿Qué ves? ¿Qué sientes? Probablemente lo más evidente, un hermoso parque teñido de verde, miles de edificios y casas, un cielo que aparentemente no demuestra nada. Ahora bien, ¿Qué es lo que encierra este paisaje? Pensemos en algo un poco más complejo, no en lo que vemos, sino en lo que está MÁS allá de eso. Este paisaje encierra una comunidad de personas, que una tras otra se dedican a progresar en sus vidas y en sus metas. Este paisaje muestra el trabajo y la historia de miles que con esfuerzo y ahínco han forjado y construido una comunidad para sus seres queridos. Sin embargo, hoy por hoy, ¿Podríamos acaso sostener que realmente es una comunidad la que se ha formado?.
Para no caer en algo muy denso, pensemos en lo más simple recordando un poco nuestra conversación de la semana pasada. En nuestro día a día, en nuestra rutina, que por supuesto de ahora en adelante más que sofocante es una gran aliada; ¿Nos miramos los unos a los otros? Es decir, ¿Pensamos en nosotros mismos como parte de un todo, como parte de una comunidad? Justo ahora que pasaron fiestas patrias me cuestionaba, probablemente todos tengamos la nacionalidad peruana, probablemente todos comprendamos la historia de nuestro país y su contexto, sin embargo, ¿Todos nos sentimos parte de este todo llamado nación? ¿Todos somos capaces de mirarnos los unos a los otros y reconocernos como parte de lo mismo? El día de hoy cuando saliste a las populosas avenidas y miraste alguien a los ojos pensaste acaso que esa persona era parte de ti, de tu comunidad, de tu entorno. Las respuestas pueden ser distintas pero el hecho es el mismo, hoy por hoy la familia, hasta quizás tu barrio, puede ser lo más cercano de comunidad que encontramos.
No pretendo hallar la definición de comunidad hoy en día, pero si recordar al buen Anderson cuando nos decía, que la comunidad parte de la imaginación de las personas que la conforman. ¿Muy complicado? No ahondemos más en terreno de la filosofía política, pero si quizás mantengamos presente que cuando miramos en esa avenida populosa a una persona y no lo reconocemos como parte de nuestra comunidad, es cuando reconocemos que el mundo ha cambiado.
Ahora que las neuronas se han entremezclado, observemos el siguiente cuadro:
Déjenme preguntarles ¿Qué comunidad se ve más real ahora? Día tras día caminamos pensando en nosotros y en nuestra vida, pensamos en lo más cercanos e ignoramos a los más lejanos. Día tras día andamos viviendo para nosotros y construyendo para nosotros ¿En qué momento la comunidad se volvió tan egoísta? Ahora me pueden decir, vamos Diana, al construir para nosotros mismos construimos para los demás. Pues probablemente sea cierto, probablemente no lo sea siempre, pero el punto aquí es que los tiempos han cambiado y el individualismo ha ganado.
No creamos que todo está perdido, día tras día, hay personas que miran al otro como si fuese realmente su hermano/a, sumémonos a ellos, que nuestra imaginación crezca no para ver colores donde no los hay, sino para ver la realidad y trabajar para ella.
Espero no haberlos abrumado, las fiestas patrias nos traen muchos recuerdos de como la cosas y la vida van cambiando. No se necesita cambiar de vida para imaginar nuestra comunidad, se necesita mirar al otro y sonreír, porque también es parte de nosotros.
Gracias por haber leído hasta aquí, sin duda espero que esto haya sido reflexivo. Nos vemos la próxima semana con temas más entretenidos. No te olvides de comentar, quizás podamos complementar.