PUEBLO LIBRE Y LA LEGITIMA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL DE TODOS LOS PERUANOS
Muy estimados vecinos y amigos de esta columna cultural, hoy no les voy a contar una historia o la vida de alguien que cambió el mundo. Me dirijo a todos mis lectores con una invocación: Salvemos el patrimonio cultural de todos los Peruanos que existe en Pueblo Libre. Me refiero a nuestro Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia, que se ubica en la Plaza Principal de nuestro querido distrito, el cual corre el riesgo de ser próximamente desmantelado por nuestro gobierno y llevarse las piezas a una nueva ubicación, lejos de la ciudad de Lima, en Lurín. Por muchas décadas desde su fundación en 1945 por el ilustre primer gran arqueólogo peruano, Dr. Julio César Tello, esta casa cultural guarda nuestros más valiosos tesoros ancestrales y es custodia y difusora de nuestro grandioso pasado. Con más de 800 mil piezas, sólo se exhiben la mitad en sus vitrinas. En lugar de invertir unos 100 millones de soles en ampliar y remodelar el museo, tal como proponen insignes profesionales como el Arqueólogo Walter Alva, descubridor de las ruinas y la tumba del famoso Señor de Sipán y el renombrado Arquitecto y Museólogo César Prado, quienes presentaron recientemente propuestas razonables al Congreso de la República, la Ex Ministra de Cultura (Diana Alvarez Calderón) del gobierno de Ollanta Humala Tasso y Nadine Heredia, tras denigrar la imagen del ilustre Tello y minimizar la importancia de clausurar para siempre nuestro emblemático museo, habiendo hecho tratos por 450 millones de soles en 2016, y que se han incrementado por una nueva adenda, a casi 600 millones de soles; en las obras ya ejecutadas a la fecha, ha gastado ya 20 millones del erario público con dos cuestionadas empresas españolas, OHL Y ALDESA, que están desprestigiadas en Europa como ODEBRETCH en América. Y como corolario, las excavaciones para los cimientos en la zona arqueológica de Pachacamác, después de botar decenas de momias, recién encontradas en el proceso, sin respetar su valor histórico y cultural, carecen de autorización o asesoría por parte de la UNESCO, destruyendo parte de nuestro pasado.
Imaginen ustedes que el gobierno egipcio decida quemar las momias de los faraones del museo de El Cairo, o que trate de, por dinero, cambiar la ubicación de su famosa exhibición. O si el Museo Británico o el Louvre son clausurado por un millonario soborno de una empresa extranjera a sus respectivos gobiernos. El primero en protestar sería el Parlamento en Londres o el Senado en París, con una maquinaria de prensa impresionante que se conocería en los cinco continentes y millones de personas recorriendo las calles de estas grandes capitales en protesta. Harían que los gobiernos tambalearan y rodarían cabezas. Pero el Perú se muestra indiferente a proteger sus legados. Para esto, el Frente de Defensa de Defensa del Museo de Pueblo Libre, movimiento creado con la participación del Patronato Cívico Cultural de Pueblo libre, de naturaleza particular, sin participación de entes públicos, sólo vecinos distinguidos del distrito, y diversas asociaciones y colectivos civiles, ha desarrollado una serie de actividades con el respaldo de ilustres intelectuales como el mencionado Dr. Walter Alva, o el Arq. Celso Prado, el insigne artista Fernando de Syzlo, y el apasionado arqueólogo Daniel Cáceda Uribe (Director de ARES), entre otras personalidades, para impedir este arbitrario despojo de nuestro más importante centro cultural.
Durante varias generaciones, el museo ha recibido estudiantes de escuelas, universidades, institutos; turistas y familias peruanas que han querido conocer nuestra riquísima historia. El hallarse ubicado el Museo en el céntrico Pueblo Libre, rodeado de un ambiente arquitectónico antiguo, ofrece a sus visitantes muchas ventajas y perspectivas. Por ello es deber de la ciudadanía oponerse a este saqueo inaudito. El actual gobierno de PPK no ha detenido las obras; en su lugar ha incrementado el presupuesto de las obras de Pachacamác. Esperemos que la comisión de cultura del Congreso de La República y la Contraloría de la Repúblia, que ha intervenido en el asunto gracias a la labor de los vecinos del Frente de Defensa de pueblo Libre, que han encontrado custionamientos razonables, antitécnicos y anticonstitucionales, lo haga abortar, y que el ejecutivo no ponga su negra mano para continuar las obras. En países desarrollados, las masas hubieran cubierto los alrededores de sus museos en solidaria manifestación. En nuestro caso, la indiferencia de la ciudadanía es patente. Espero que este pequeño esfuerzo ayude a elevar el número de defensores de esta justa causa.
Si permitimos este despojo, nuestro distrito perdería buena parte de su esencia, su patrimonio histórico cultural tradicional y su prestigio.