SEMANA SANTA, RECUERDO Y RECOGIMIENTO
Todos los años se celebra en el mundo cristiano la llamada Semana Santa, fecha que rememora la pasión y muerte de Jesús de Nazaret. Las iglesias comienzan el Domingo de ramos con la recordada celebración del ingreso triunfal del rabí-profeta judío a Jerusalén, aclamado por las enardecidas turbas populares que lo llaman Mesías (redentor), mientras los miembros del Sanedrín, conformado por los nobles más doctos y distinguidos de la alta esfera social hebrea, ven con ojeriza a este nuevo pretendiente a rey, que puede poner en peligro sus privilegios y la estabilidad precaria de un país ocupado por la superpotencia más poderosa del planeta, Roma. El pueblo judío quiere retornar a la gloria de David y Salomón; nacen los zelotes y los sicarii o sicarios (llamados así por usar el puñal llamado sica), fervientes y fanáticos patriotas, que llevarán más adelante al pueblo elegido a la insurrección y, como resultado de esta guerra que cegará la vida a un millón de ellos, a la dispersión por el mundo (Diáspora), después de ver destruida su ciudad y su templo, tal como predijo el profeta Nazareno, antes de su captura y crucifixión. No volverán a pisar su tierra por mil ochocientos años, hasta la fundación del estado de Israel.
Esta celebración cristiana tiene su origen el la Pascua judía, cuando los hebreos celebran el aniversario de su liberación, por Moisés,
de la esclavitud en que estaban sumidos bajo los poderosos faraones del antiguo Egipto; aunque dicha historia en la actualidad tiene serias dudas de su veracidad gracias a los descubrimientos y estudios arqueológicos modernos. Muchos de nosotros recordamos el famoso Exodo y el paso del mar Rojo por parte del pueblo elegido por su dios Yavé, su paso por el desierto y el monte Sinaí y los 40 años de castigo a los que fueron sometidos por quebrar su fé. Hasta que el último de aquella generación hubiera sucumbido, no pisarían la tierra prometida ni verían el río Jordán. Moisés no lo cruzaría, pero sería llevado, en compensación, al lado de Yavé. Desde entonces los judíos celebrarán este evento como fiesta nacional y de devoción a su fé, que era su ley. Las hierbas amargas y el pan con levadura será lo único que cenarán ese día, junto con el vino. De ese rito nacerá la eucaristía o comunión, sacramento que será instituido por la iglesia del Cristo (ungido en griego).
En los países cristiano-católicos se celebra desde Domingo de Ramos hasta el Domingo de resurrección y las iglesias se llenan de fieles y salen procesión con las iconos o imágenes representativas de la fecha. Espectáculo de corte algo medioeval, pero de ferviente religiosidad. Ademán aporta su parte al turismo de los países, fuente importante de divisas. Las películas de corte santo no faltarán. Alguna vez en nuestra Lima, el diario el Comercio publicó un artículo algo sarcástico al que denominaron la “Semana de Charlton Heston “ a la Semana Santa, por la cantidad de películas que pasaban con ese actor. Todos hemos visto Ben Hur, Los Diez Mandamientos, El Cid, etc., en la televisión en estas fechas. Actor icónico para estas fechas en realidad, sus famosas películas son un marco ideal para el entretenimiento de los fieles en esta celebración, aunque ahora hay otras cintas con mas diversidad de actores.
Lo importante es que esta fecha es un momento de reposo y reflexión, en teoría, para los buenos cristianos. Comerán y beberán el cuerpo y la sangre de su salvador y renovarán su alianza con su creador. No se comerá carne roja, y aunque el bacalao de noruega ya viene poco al Perú, habrá diversidad de pescados y mariscos para disfrutar en la buena meza. Las familias se reunirán para compartir este festejo y pasar el día con unos buenos tragos de compañía (por eso también se llama Semana tranca), aunque suene algo irreverente el comentario. Naturalmente recordemos, estamos en el Siglo XXI, el de los avances científicos a gran escala, es lógico que en nuestro país se tomen las fiestas por lo que son….fiestas.
Felíz Semana Santa a todos.