Réaltacht - P
Bienvenidos y bienvenidas:
Dejemos las palabrerías para transmitir un mensaje distinto. Sabemos que toda moneda tiene dos lados, sabemos que todas las formas para acercarnos hacia algo o alguien van a variar en base a la respuesta, a la expectativa, a la ilusión, desilusión, desencuentro y desengaño. Hoy cuando me desperté pensé que las palabras suaves ya no harían efecto. Pensé que parándome, con voz fuerte, con hombros erguidos, más personas podrían oírme. Pensé que quizás el mismo mensaje con el mismo propósito puede entenderse mejor con otras palabras.
De esta forma, les doy la bienvenida a Réaltacht, una palabra irlandesa que significa realidad. Estas 8 columnas buscarán explorar una realidad vagamente interpretada. Partiendo de cosas insignificantes para comprender la complejidad que se forja día a día frente a nuestros ojos.
Realidad puede significar muchas cosas para nosotros, puede convertirse en nuestro día a día, o puede convertirse en una abstracción de nuestra vida para calificarnos, puede incluso ser nuestra condición, nuestros desafíos e incluso nuestras angustias. La realidad que vivimos cada uno independientemente, va a variar constantemente de acuerdo a cómo se vaya fungiendo lo que hacemos que gire alrededor de nosotros. La realidad muchas veces también es reducida a un lento pasar del tiempo. Pero en nuestra sociedad hay algo que prima en esta realidad, las personas siempre están ocupadas. Siempre. Hace poco una señora me decía:
<<“Si no nos apuramos no ganamos dinero, sino ganamos dinero no comemos”>>
Es una cuestión bastante lógica, todos avanzan hacia un destino determinado, con un propósito determinado, con un instinto de supervivencia. La realidad de nuestro país, de nuestros distritos, de nuestros barrios de acuerdo a nuestras situaciones y diferencias, va a constituir nuestras vidas, y mientras más creemos que tenemos control sobre las mismas, más caemos en este constante mar de personas que vamos de aquí para allá sin saber realmente dónde estamos parados. Esto se vuelve preocupante, la sociedad y la suciedad nos va consumiendo lentamente y nos volvemos pequeñas islas que no reconocen a nadie cuando miran a sus lados. Podemos estar parados en un mar de personas pero aun así ninguna de esas personas puede llegar a representar algo sustancial para nuestras vidas. Hemos crecido aprendiendo a no involucrarnos en los problemas y asuntos de los demás. Hemos sido criados para luchar y ser ambiciosos por las cosas que nos interesan pisando, empujando, gritando, hiriendo.
Entre todas esas personas alguien se detuvo a pensar ¿En qué momento la sociedad se volvió tan miserable? Una miseria que va más allá de recursos materiales, una miseria en la que estamos construidos para no traspasar nuestros límites y circunscripciones. Hay personas que ni si quiera terminamos de conocer Lima, conocemos 5 distritos y ya podemos hablar de la realidad de una ciudad, de un provincia, de un país. ¿Cuándo nuestra vida se limitó a 5 distritos?
¿Es esta la realidad que queremos seguir viviendo? ¿Es esta la realidad que queremos seguir cosechando?
Y déjenme decirles que esto sigue así, porque nosotros seguimos caminando. No hay otra razón, otra culpabilidad. Cuando llegue el momento en el que nos detengamos totalmente y busquemos otras formas de construir nuestra realidad, quizás todas las vidas puedan orientarse hacia un bienestar generalizado.
Esto es réaltacht, una palabra fuerte para una realidad cruda. Un mensaje fuerte y corto para mentes muy acostumbradas a idealismos e ideas positivas sobre el futuro y nuestras vidas. Dejemos de ser ciegos ante la inminencia. Pensemos a qué se limita nuestra vida y rompamos el molde.
<< ¿Dejemos de ser códigos, seamos programadores? >>