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La actitud zapatillezca

Hace algunos años, dentro de una búsqueda por no ser presa de estrés agobiante ante situaciones difíciles, traté de establecer un razonamiento simple pero lógico de cómo enfrentar los problemas. Cabe señalar, este pensamiento no es universal sino responde directamente a una forma particular de no hacerse mucho rollo por las dificultades que ciertamente encontraremos en nuestro día a día. No a todo el mundo le funcionará o parecerá adecuada esta actitud, probablemente a ciertas personas les parezca tan solo “escapar de los problemas sin enfrentarlos”; sin embargo, a mi juicio personal, estas premisas pueden servirnos a no encasillarnos en las problemáticas diarias y superfluas que muchas veces nos atrapan sin razón y no nos dejan avanzar.


Este razonamiento en su momento se denominó “la actitud zapatillezca”. Deriva de la palabra “zapatilla” porque no guarda ningún significado complejo, es tan solo una palabra al azar, aleatoria. Es simple, sin sentido, como muchos de los problemas que surgen y que, lamentablemente, muchas veces generan incomodidades que no deberían. En su momento la describía así: La actitud zapatillezca es el escape definitivo ante la más mínima preocupación que usualmente se genera frente diversos tipos de problemas intranscendentales en nuestro quehacer diario.

Es tan solo no complicarnos, no enredarnos ni encasillarnos en pensamientos que a la larga nos generan estrés. Es no pensar ni dar vueltas un asunto minúsculo. Debemos disfrutar las acciones que realizamos y enfrentar los problemas de la mejor manera posible para que esto no mute o influya de una manera negativa en nuestro comportamiento cotidiano, evitando de esa forma el afectar a terceras personas con nuestro mal actuar. Todo pasa; lo bueno y a su vez, lo malo. No nos auto-flagelemos por momentos, actitudes o sentimientos que siempre ocurrirán. Esto no significa escapar de la realidad sino más bien, aceptarla y buscar soluciones rápidas y eficientes.


Ahora bien, dependiendo del momento, la forma cómo influyen estos problemas en las personas puede variar. Muy probablemente un problema sea más dificultoso de afrontar cuando sucede al instante; sin embargo, cada uno de nosotros/as, puede realizar un ejercicio de identificación de la situación y analizar si en verdad vale la pena estresarse por aquello. Deseo dejar en claro que esta actitud zapatillezca es práctica para situaciones superfluas, no debemos tampoco ser indiferentes o ignorar problemas verdaderamente complejos y que merecen ser resueltos para satisfacción de uno o de todos.


Por ello mismo, usaremos Zapatilla para cualquier situación en la cual el problema que se presenta realmente no merece la importancia que generalmente le damos.

Zapatilla amigos/as.

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